Piérdele el miedo a la sala

 

Muchas son las nuevas modalidades que van surgiendo en el mundo del fitness para dar cobertura al gran número de personas que cada vez más se interesan por hacer deporte. Sin embargo, en cada uno de esos gimnasios que introducen nuevas clases con variantes distintas y motivantes nunca pasará y nunca deberá pasar de moda la sala de musculación.

Dada la importancia que ésta tiene para tu salud y para tus resultados, sean los que sean, con éste artículo vamos a intentar dar respuesta a todas aquellas excusas que los monitores nos encontramos día a día para no hacer sala de musculación.

La excusa por antonomasia, sobre todo en el colectivo femenino, es la de “no quiero hacer sala por si me pongo muy musculosa”. Todos los monitores la hemos oído alguna vez. Pues bien, dando respuesta a ella, sobre todo en éste colectivo, pensemos en que si un culturista que vive, entrena, se alimenta y descansa con el fin de aumentar su masa muscular y como mucho suelen obtener ganancias de 2-3 kilos al año, y no siempre suelen mantenerlas al finalizar competiciones, imagina lo que le costaría a una persona con un entrenamiento con pesos más livianos, series más reducidas y sin comer lo necesario para éste objetivo. Todo ello añadido a que el entorno hormonal femenino tampoco es el más propicio para éste objetivo dada las menores concentraciones de hormonas anabólicas que contienen. Razones suficientes para deciros que no os vais a poner muy musculosas, a no ser que sea vuestro objetivo, porque añadáis 2 o 3 días a la semana de entrenamiento en sala.

Muy relacionado con éste primer apartado surge la excusa de “pero cómo voy a hacer pesas si lo que quiero es adelgazar, tendré que hacer cardio”. Igual que en la vida no todo es blanco o negro, para adelgazar no sólo hay que hacer ese cardio. Se ha visto y comprobado que para la mejora de la composición corporal el ejercicio con pesas es un poderoso aliado ya que la mejora de la masa muscular hace aumentar nuestro metabolismo, quemando más calorías con ello. Si un coche tiene más motor va a gastar más combustible. El problema viene dado cuando asociamos las ganancias de masa muscular a ganar peso. Caemos siempre en el error de mirar el peso corporal absoluto cuando lo que debemos hacer es mirar cada una de las variables de la composición corporal como el % grasa, la masa muscular, la masa ósea, etc… ¿Cogeremos peso si hacemos musculación? Sí, ya que indudablemente el músculo pesa más que la grasa. Sin embargo, aunque suba el peso, debido a los cambios de porcentaje graso (↓) y muscular (↑), verás tu figura más delgada y definida.

Otra de las excusas que encontramos es la de “es que hay muchos hombres” asociando el realizar este tipo de entrenamiento a la concepción de masculinizar el cuerpo. Gracias a que hoy en día el entorno de las redes sociales nos hace llegar información constante sobre aquellos temas que son de nuestro interés, cada vez se está extendiendo más los beneficios que tiene el entrenamiento de fuerza para las mujeres y poco a poco éste colectivo comienza a ser más visible en la sala de musculación. A éste respecto también hay que añadir que no hay que creerse todo lo que dicen las redes sociales.

Las últimas dos excusas que encontramos más frecuentes ya sí que son más repartidas entre ambos géneros, la primera de ellas es “es que no sé cómo funcionan las máquinas” ó “es que cuando llega a la sala no sé qué hacer”. Como sabes, en gimnasio Élide siempre vas a tener monitores cualificados y con experiencia que te asesorarán sobre las rutinas que debes hacer día a día en función de tu experiencia, tiempo, objetivos, etc.… Incluso si tu interés va más allá del que te marquen una pauta de ejercicios y lo que te interesa es aprender a entrenar y exigir o máximo de ti, también puedes contar con el servicio de entrenamiento personalizado par a ayudarte a lograr tus objetivos. Otro error muy relacionado con éste apartado es la desmotivación por no poder legar a hacer los ejercicios o llegar a las mismas cargas de trabajo de usuarios que tienen mucha experiencia ya en el trabajo de fuerza. A este respeto debemos decirte que no debes compararte con ellos, sino contigo mismo, con tus mejores semanales y mensuales. Todos y cada uno de ellos comenzaron sin experiencias como tú en la sala y poco a poco, con progresión y adaptación legaron a ese punto y tú, no vas a ser menos.

Para finalizar, la última excusa más recurrente para no hacer sala de musculación sería la del “me aburre”. Cuando uno de los tipos de entrenamiento más importantes para tu salud y tus resultados te aburre, tenemos dos opciones: resignarnos aguantar mientras conseguimos nuestros objetivos, aunque poco tiempo podrán mantenerse en el tiempo sin el estímulo de la sala, ó buscar la forma de que éste trabajo sea divertido y/o motivante para ti. Desde Élide queremos enumerarte algunas estrategias para ello:

1.- Música. Trae tu propia música al gimnasio. Trabajar con los temas que te motivan puede hacer que la experiencia de éste entrenamiento cambie por completo.

2.- Compañía. El entrenar con compañía siempre es un estímulo a la hora de ejercitarse. El buscar ese pique para conseguir superar al compañero o el consuelo en un amigo de lo demoledor que está siendo el entreno, hace más amena una sesión. Recuerda que puede ser con un amigo y incluso con gente del propio gimnasio. Recuerda que Élide más que un gimnasio es una familia.

3.- Objetivos a medio plazo. Puede que el trabajo de fuerza te resulte aburre pero si cumple tus objetivos es un añadido para motivarte a continuar con el trabajo. Recuerda establecerlos a medio plazo, es ejercicio no va a cumplir tus expectativas de un día para otro o no vas a tener el cuerpo perfecto en un mes, pero al recorrer ese camino va a conseguir una mejoría mucho mayor que si utilizaras otras estrategias para conseguir el mismo beneficio.

 

4.- Variabilidad. Buscar diseñar tus entrenamientos con distintos ejercicios o diferentes materiales. La gama de éstos es más amplia de lo que puedas imaginar. Existen muchísimos ejercicios para trabajar parte o acción muscular del cuerpo y, si a eso le añadimos la gran cantidad de materiales con los que contamos hoy en día, podrás crear entrenamientos diferentes durante días, semanas e incluso meses. Ya está más asumido que el trabajo de fuerza no sólo debe ceñirse al trabajo con barras, pesas y discos. Dispositivos de suspensión, elásticos, cajones, balones, materiales con inestabilidad e, incluso con alguna modalidad de entrenamiento, hasta lo que encuentres por la calle o el campo puede servirte para plantear tus entrenamiento.

 

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