El hombro: Lesiones y cuidados

El dolor de hombro representa la tercera causa más común de dolor músculo-esquelético. Una de las últimas guías de práctica clínica, publicada en febrero de este año, denomina el dolor de hombro de causa no traumática como síndrome de dolor subacromial, el cual incluye tanto el impingement como las tendinopatías del manguito de los rotadores. A grandes rasgos, el síndrome de dolor subacromial incluye dolor y dificultad al mover el brazo, reducción de fuerza y problemas para dormir asociados al dolor. Los pacientes pueden presentar roturas parciales en el manguito de los rotadores o anormalidades en el acromion (1). 

¿Qué es el manguito de los rotadores?

Pero vayamos por partes, en primer lugar, ¿qué es el manguito de los rotadores? El manguito de los rotadores es un conjunto de músculos y tendones que rodean al hombro, se originan en la escápula y se insertan en la cabeza humeral (como se puede observar en las imágenes a continuación). Mantienen la cabeza del húmero en una posición estable, y permiten una correcta movilidad del hombro. Se consideran depresores de la cabeza humeral, es decir, hacen que el húmero no suba y choque con el acromion. Cuando este grupo de músculos no funciona correctamente puede ocurrir un impingement, que, a grandes rasgos, es el choque de la cabeza del húmero contra el acromion, lo que provocaría daños en los tendones del manguito, sobre todo en el tendón del supraespinoso. Aunque también puede estar asociado a malformaciones en el acromion. El impingement puede causar tendinopatías del manguito de los rotadores (las mal llamadas y entendidas “tendinitis”, a las que dedicaremos en otra ocasión otra publicación). Aunque también pueden aparecer tendinopatías sin impingement asociado.

   

¿Se pueden romper los tendones del manguito de los rotadores?

La respuesta es sí, aunque la mayoría de roturas son parciales, no completas, y en numerosas ocasiones cursan sin dolor. En cuanto a las roturas completas del manguito rotador, existe un incremento de roturas con la edad, sobre todo roturas parciales, por lo que parece ser que son naturales de la edad (3). Podríamos hacer un símil, para entenderlo mejor, al igual que los cartílagos se desgastan y producen artrosis con la edad, los tendones se degeneran también, y pueden acabar rompiéndose con el paso de los años. Aunque para el síndrome de dolor subacromial, del que estamos hablando, no vamos a incluir las roturas totales del manguito.

¿Qué causa el síndrome de dolor subacromial?

Entre las causas de este síndrome, existe una asociación con movimientos repetitivos del hombro o mano durante el trabajo, trabajos que requieren mucha o prolongada fuerza en los miembros superiores, vibraciones en los brazos durante el trabajo, trabajar con una mala postura de hombro y factores psicosociales (2).

Aunque las causas son muy variadas, se ha visto que los pacientes que sufren este síndrome tienen traslaciones de la cabeza humeral anormales en comparación con individuos sanos, es decir, la cabeza del húmero se mueve más o de una forma diferente a como debería moverse. Esto puede llegar a provocar impingement, el cual se ha asociado como causa de la debilidad del manguito de los rotadores, ya que estos músculos al tener un déficit de fuerza no podrían controlar adecuadamente el movimiento de la cabeza humeral, y por lo tanto provocar lesiones. Una mala activación de estos músculos causa fatiga, lo cual predispone al impingement. También se han relacionado los síntomas con alteraciones en la movilidad escapular, ya que la escápula debe acompañar en todo momento el movimiento del hombro. Una alteración en la posición de la escápula durante los movimientos tiene relación con lesiones de hombro (4).

Me duele el hombro, ¿y ahora qué hago?

En primer lugar, ante síntomas de dolor o debilidad de hombro, hay que acudir al fisioterapeuta, que es el profesional sanitario con competencias para valorar la lesión y emitir un diagnóstico de fisioterapia, tras valorar si procede derivar a otros especialistas ante la lesión. En base a ello establecerá un tratamiento específico de fisioterapia, que suele incluir técnicas de terapia manual y prescripción de ejercicio terapéutico, ya que esto es una actividad sanitaria, y debe ser pautada por profesionales de la salud, entre los que se encuentra el fisioterapeuta. Este último punto es muy importante, porque como antes comentábamos, ante este síndrome suelen aparecer alteraciones del movimiento del hombro, que habrá que valorar y en base a ello prescribir ejercicios terapéuticos específicos para ese paciente y esa lesión. 

Entre los tratamientos conservativos, el uso de ejercicio terapéutico cuenta con un alto nivel de evidencia (2). La guía de práctica clínica publicada recientemente, de la que hablábamos al comenzar, hace una fuerte recomendación contra la cirugía, ya que no proporciona mejoras en el dolor, la función y la calidad de vida en comparación con cirugías de placebo u otras opciones (1).

1.    Vandvik PO, Lähdeoja T, Ardern C, Buchbinder R, Moro J, Brox JI, et al.  Subacromial decompression surgery for adults with shoulder pain: a clinical practice guideline. BMJ. 2019;364:1294.

2.    Diercks R, Bron C, Dorrestijn O, Meskers C, Naber R, de Ruiter T et al. Guideline for diagnosis and treatment of subacromial pain syndrome: a multidisciplinary review by the Dutch Orthopaedic Association. Acta Orthop. 2014;85(3):314-22.

3.    Longo UG, Berton A, Papapietro N, Maffulli N, Denaro V. Epidemiology, genetics and biological factors of rotator cuff tears. Med Sport Sci. 2012;57:1-9.

4.    Pegreffi F, Paladini P, Campi F, Porcellini G. Conservative management of rotator cuff tear. Sports Med Arthrosc Rev. 2011;19(4):348-53.

Natalia Yagüe Marco

Grado en Fisioterapia. Universidad de Valencia. 2011-2015

Máster Universitario Oficial de Fisioterapia en el Deporte. Universidad Católica San Antonio, (UCAM), Murcia. 2016-2017

 

 

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