Aunque hace ya un buen tiempo que se establecieron las diferencias entre ambos términos, allá por el año 1985, es común a día de hoy la confusión entre ambos tratandolos erróneamente como sinónimos.
La actividad física se refiere a cualquier movimiento que saque al cuerpo de su estado de reposo. Conlleva un incremento del gasto energético por encima del basal o estado de reposo. No es planificada ni dirigida, sino que surge de manera espontánea y conlleva la mayor parte de nuestro gasto energético total.
Esto último es muy importante, ya que solemos creer que el ejercicio físico es superior a la actividad física a la hora de gastar calorías. Y como veremos más adelante puede ocurrir lo contrario, siempre y cuando el tiempo que destinamos a la actividad física sea ser mayor que al ejercicio físico, siempre y cuando no hablemos de sujetos sedentarios claro está.
El ejercicio físico es un derivado de la actividad física que se caracteriza por ser planificado, estructurado y repetido en el tiempo con el objetivo de mantener o mejorar la condición física principalmente. Debe ser prescrito por profesionales en su justa medida, adecuando la dosis a las características personales del sujeto.
El ejercicio físico debe regirse principalmente por la adherencia a su práctica, ya que de nada sirve crear el mejor plan de entrenamiento si luego no somos capaces de llevarlo a la práctica y mantenerlo en el tiempo. Es por ello, que se deben tener en cuenta las preferencias y gustos del sujeto a la hora de ajustar los componentes de la carga de entrenamiento (volumen, intensidad, frecuencia, duración…)
EJERCICIO FÍSICO VS ACTIVIDAD FÍSICA
Al hilo de lo anterior, si comparamos el gasto energético entre ambos podemos ver como al destinar 1 hora aproximadamente a realizar una sesión de ejercicio físico en el gimnasio (pesas y cardio por ejemplo) es probable que no lleguemos a las recomendaciones mínimas para lograr una mejora de la condición física. Este caso podría darse en personas que utilizan el coche para cualquier desplazamiento, tienen un trabajo sentado y pasan el resto del día en el sofá, etc.
Es aquí donde cobra especial relevancia la actividad física, ya que si complementamos nuestro plan de ejercicio físico con un estilo de vida activo, es cuando conseguiremos lograr los mayores beneficios para nuestra salud y una auténtica mejora de la aptitud física.
Si calculamos las kcal gastadas al realizar 30 minutos de ejercicio de alta intensidad tres veces a la semana, estas no suponen casi nada respecto al gasto energético total, comparado con 8-9 horas al día de NEAT.
Es por ello que insistimos en primer lugar en la adopción de un estilo de vida activo, y luego ya iremos pensando en cómo poder complementarlo con la práctica planificada de ejercicio físico.
EJEMPLOS DE ACTIVIDAD FÍSICA
-Realizar una pequeña rutina de movilidad por la mañana nada más levantarse.
-Introducir micro-descansos de 5-10min para levantarse y mover el cuerpo si trabajamos sentados.
-Sustituir en la medida de lo posible los medios de desplazamiento motorizados por otros más activos como bicicleta, patín, andando, etc.
-Evitar ascensores, escaleras mecánicas, etc.
-Jugar con los niños en el parque, casa, etc.
-Realizar las tareas del hogar.
-Pasear al perro.
-Dar un paseo por la playa, montaña, etc.
CONCLUSIÓN
Como vemos es fundamental mantener un estilo de vida activo destinando el mayor tiempo posible a la práctica de actividad física como pilar fundamental de una vida saludable. A ello debemos sumarle un plan de ejercicio físico correctamente estructurado y supervisado por profesionales. En Elide contamos con los mejores en su ámbito, no lo dudes y aprovecha esta gran oportunidad.
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